Después de estar varios días en Dr.Emily he podido identificar
un prototipo de chica que llega a la clínica. Joven, triste, mirada baja, poco tranquila y con los
auriculares de la música tratando de evadirse de la realidad.
Estamos en una sociedad en la que
evitamos plantearnos cosas, huimos del silencio, no buscamos la verdad sino la
comodidad, pero es inevitable huir de ella.
Cuando uno sabe que lo que hace no está bien o
tiene sus dudas sobre ello, evita reflexionar sobre ello cambiando de actividad
o matando el tiempo con otras distracciones. Pero, el hecho de no querer
pensarlo o reflexionar no hace de ella una acción mejor o menos mala y esto
acaba pesando sobre esa persona.
El drama del aborto se ve reflejado
en cada una de las chicas que abortan en muchos casos por encontrarse en
situaciones extremas, difíciles o simplemente por ignorancia. Este drama
empieza pero no acaba solo.
A demás, sus rostros de tristeza se intensifican a la
salida y vuelven a demostrar que nadie merece el aborto (ni la madre, ni el niño) una vez más. Por eso
les esperamos a la salida para darles apoyo en lo que necesiten pues el drama
del aborto empieza y puede acabar solo con el perdón , el amor y el
arrepentimiento es decir con la reconciliación con Dios.
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