La división celular comienza de inmediato y con rapidez. Tu bebé comienza a desarrollar todo lo necesario para sobrevivir hasta el nacimiento.
Las células en crecimiento se adhieren a la pared del útero y comienzan a espefializarse y agruparse. Al final del primer mes se forman la placenta, el cerbro y la columna vertebral. Sólo dieciocho días después de la concepción, tu bebé ya tiene un corazón, que está latiendo, y tú probablemente ni siquiera sepas aún que estás embarazada.
Antes de formart en el vientre te conocí; antes de que salieras del seno te consagré- Jeremías 1,5 BA.
De piel y de carne me revestiste, me tejiste de huesos y de nervios- Job 10,11 BA.
Qué impresionante pensamiento! Antes de que tú siquiera te dieras cuenta de que estas embarazada, Dios ya conocía a tu bebé por dentro y por fuera. Incluso ahora, Él ya tiene un propósito, planes y una dirección para tu pequeño.
"Porque sólo yo sé los planes que tengo para ti", declara el Señor, "planes de prosperidad y no de desgracia, pues te daré un porvenir lleno de esperanza". (Jeremías 29,11 BA).
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