El otro día vino a la oficina una chica con intención de abortar. Está prometida pero siente que no está preparada para tener un hijo porque es huérfana y vive con una madre de acogida con la que no tiene una buena relación. Le sugerimos la idea de dar al niño en adopción pero nos dijo que no quería que su hijo pasara por lo mismo que ella y prefería abortarlo. Hablamos con ella, le enseñamos el vídeo de los procesos del aborto, le contamos que su hijo tendría cerca de 10 semanas... pero seguía con su misma idea de abortar. Como estábamos en Brooklyn tuvimos la suerte de que Linda interviniera.
Fue increíble lo directa que fue con la chica. Le dijo que por ser una niña de acogida era más fuerte y más capaz de cuidar a un niño que cualquiera de las que estábamos allí. Que tenía una fuerza interior especial que Dios le había dado para sobrevivir y que ni siquiera lo sabía. Al final le dio un abrazo y fue el único momento en que vimos a esta chica sonreir desde que entrara en la oficina el día anterior. Además Linda le dijo: ¿Nunca abrazas verdad? y ella contestó que no con una sonrisa. Las que estábamos alli nos emocionamos mucho escuchando a Linda. Parece que va hacerse una eco-grafía y las que estábamos allí estamos seguras de que no abortará.
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