Recientemente al acudir a la
oficina localizada en la oficina de Queens desconocía que iba a conocer a una
persona especial.
Esta persona era una mujer de 18
años, vino con un cierto sentimiento de inseguridad, temor, desconocimiento
pero a su vez combinaba una actitud firme y decidida. Su voz temblorosa
contrastaba con una mirada firme, de ojos oscuros y enorme personalidad.
Esta chica nos contó su
situación personal, estaba entre la espada y la pared o al menos era la
situación en la que ella se sentía. Por un lado sabía que lo correcto era tener
al bebe, pero por otro tenía la sensación estar en una situación complicada. Su
pareja era un joven de 19 años, estudiante de la carrera de derecho y ella
quería iniciar los estudios en la universidad. Por otro lado, las dos familias,
grupo de amigos y demás grupos de interés le hacían ver que el aborto era una
opción a tener en cuenta.
Tras hablar largo y tendido con
ella, los riesgos que conllevaban el aborto y mostrarle que a pesar del
contexto tan adverso, con esfuerzo y dedicación podía lograr su sueño de llegar
a la universidad y a su vez hacer una de las cosas más bonitas si no la que más
que le puede pasar a una mujer, que es traer una nueva vida a este mundo.
Se marchó de la oficina con un
claro agradecimiento al apoyo recibido por parte de las personas de EMC, y con
la firme decisión de tener a su bebe. Ella sabía que no era sencillo pero si lo
correcto y natural y nosotros regresemos a la Lifehouse con la satisfacción de
hacer una buena acción.
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