Una de las primeras cosas que he aprendido en la
escasa semana que llevo en Nueva York es la importancia del papel de las madres
en la vida de una persona, desde el momento del embarazo hasta la muerte de la
persona. Bien es verdad que un padre
aporta el 50% a esa nueva vida, pero realmente es la madre la que tiene en su
mano, y en su tripa más concretamente, el cuidado de un bebe, si no se cuida
ella, no cuidará al bebé.
Primero por supuesto esos 9 meses en el útero materno,
que implican una conexión especial, y luego para toda la vida. Y es por ello
que a quienes tenemos que ayudar por encima de todo es a las madres que vienen
a nuestras oficinas, porque en muchos casos se encuentran perdidas, y son ellas
las que realmente deciden que será del niño que llevan en su interior. Por eso
es muy importante que se sientan comprendidas, que hagan lo que hagan se
sientan queridas, porque muchas veces sienten que Dios ya no las quiere, y si
se sienten así, ¿cómo van a poder querer dar amor a un nuevo bebé si ellas
mismas no se sienten queridas?
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