Tras haber estado durante toda la primera semana yendo de ciudad en ciudad, sin quedarme en un sitio fijo y sin poder deshacer la maleta por los continuos viajes que hacíamos hasta que creer que ya había acabado el viaje y poder quedarme en un sitio fijo como mínimo tres semanas, en Austin. Por problemas con el coche nos tuvimos que dar media vuelta y volvernos hacia Washington y luego con Alvaro ir en dirección a Baltimore para quedarnos allí y empezar el voluntariado, de la ciudad sabíamos mas bien poco, solo de verla de pasada cuando fui en dirección a Virginia.
Ahora estoy viviendo en casa de Steve Potortti junto a tres voluntarios de EMC, Javi de Santander, Mikel de Vitoria y Álvaro de San Sebastian. Los cinco vivimos junto a un cachorro que se encontraron en una gasolinera abandonado, llamado Olé. La casa esta situada en el Highland Town, una zona de inmigrantes que esta por encima del downtown de Baltimore, en la cual hay gran afluencia de latino americanos hasta llegar al punto de poder hablar en castellano por la calle sin ningún problema.
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