Esta mañana hemos podido ir a la clinica abortista de Dayton. Habia una chica muy joven que esperaba en la puerta. Parecía muy nerviosa y preocupada, como todas las chicas que vienen por aqui, porque para ninguna es una situación fácil. Por mucho que nos intenten hacer creer otra cosa, practicarse un aborto no es "extirparse un tejido". En el fondo, cualquier madre que se dirige a esa clinica sabe que en su interior alberga a su propio hijo, y al entrar, sabe que está dejando que la vida de su propio hijo le sea arrebatada, pagando por ello. Realmente, nadie desea esto.
Cuando me he acercado a esta chica en cuestión, y le he dicho que para lo que necesitara estábamos aqui, que no se sintiera sola porque no lo estaba, ella me ha contado lo que le ocurría. Venía a hacerse unas pruebas para ver como estaba su hijo, que tenía un problema en el corazón. No sabía si lo había perdido o no. Le he dicho que para cualquier cosa que necesitase estabamos alli, y que lo sentía mucho. Antes de acercarme a la chica, yo estaba rezando el rosario con Nuria,así que he vuelto con ella a rezar. La madre se ha sentado a seguir esperando, pero verla tan sola y triste, en unos momentos tan duros para ella, me partia el alma. Me he acercado y le he dicho que estábamos rezando por su hijo, porque todo fuera bien, y que si quería podía acompañarnos rezando por él. Ella, super agradecida, me ha dicho que no podía rezar con nosotras, ya que ella era musulmana. Le he dado animos, y me he vuelto con Nuria a rezar. Después, reflexionando sobre esto, me daba cuenta de que verdaderamente el Amor es más grande que las diferencias de religión, y que todo lo demás. Y Jesucristo es eso. Amor. Y justo por eso, nuestra misión como cristianos no es otra que amar. Os pido muchos rezos por el niño y por la madre.
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