la
amenaza más grande que sufre la paz hoy en día es el aborto, porque el
aborto es hacer la guerra al niño, al niño inocente que muere a manos de
su propia madre. Si aceptamos que una madre pueda matar a su propio
hijo, ¿cómo podremos decirle a otros que no se maten? ¿Cómo persuadir a
una mujer de que no se practique un aborto? Como siempre, hay que
hacerlo con amor y recordar que amar significa dar hasta que duela.
Jesús dio su vida por amor a nosotros. Hay que ayudar a la madre que
está pensando en abortar; ayudarla a amar, aún cuando ese respeto por la
vida de su hijo signifique que tenga que sacrificar proyectos o su
tiempo libre. A su vez el padre de esa criatura, sea quien fuere, debe
también dar hasta que duela.
Al
abortar, la madre no ha aprendido a amar; ha tratado de solucionar sus
problemas matando a su propio hijo. Y a través del aborto, se le envía
un mensaje al padre de que no tiene que asumir la responsabilidad por el
hijo engendrado. Un padre así es capaz de poner a otras mujeres en esa
misma situación. De ese modo un aborto puede llevar a otros abortos. El
país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a
aplicar la violencia para conseguir lo que se quiere. [Es por esto que
el mayor destructor del amor y la paz es el aborto.]
Combatamos el aborto con la adopción
Les
confiaré algo hermoso: Estamos combatiendo el aborto con la adopción:
cuidamos a la madre y adoptamos a su hijo. De ese modo hemos salvado
miles de vidas. Hemos enviado comunidades a las clínicas, diciéndoles:
"Por favor, no maten al niño, nosotros nos haremos cargo de él". Siempre
hay algunos de los nuestros que les dice a las madres en problemas:
"Venga, la cuidaremos y hallaremos un hogar para su hijo". Y así tenemos
una gran demanda de niños por parte de matrimonios que no pueden tener
hijos. Pero nunca entrego un niño a un matrimonio que haya hecho algo
para no tener un hijo. Jesús dijo: "El que reciba a uno de estos
pequeños [en mi nombre], a mí me recibe." Al adoptar un niño, esos
matrimonios están recibiendo al mismo Señor [Jesús] [pero abortando un
niño, una pareja rechaza el recibir a Jesús.]
Les
pido por favor que no maten a los niños. Yo quiero esos niños:
¡Dénmelos! Estoy dispuesta a aceptar todo niño que se pretenda abortar y
darlo a un matrimonio que lo ame y a su vez sea amado por el niño. Sólo
en nuestro Hogar Infantil de Calcuta hemos reunido 3,000 niños que han
sido salvados del aborto, niños que luego han brindado mucho amor y
alegría a sus padres adoptivos [y han crecido tan llenos de amor y
gozo.]
No comments:
Post a Comment