Cuando llegué pensaba que iba a quedarme en Nueva York, pero
al día siguiente me enviaron a Detroit, MI. Al principio no me gustó mucho la
idea debido a que dicha ciudad es conocida por ser una de las más peligrosas en
todos los EEUU. Lo que yo no sabía es que al llegar a mi destino me esperaba
una grata sorpresa: una familia de mejicanos me esperaba con los brazos
abiertos! Con ellos he pasado casi un mes entero y sólo puedo decir que estoy
muy contenta y agradecida. Me han acogido gratuitamente y me han tratado como
una hija más.
A demás de esto, la experiencia que estoy haciendo trabajando
para EMC está siendo preciosa. Durante este tiempo, me he dedicado, junto con
otros voluntarios, a ir a las clínicas abortistas de la ciudad a hablar con las
chicas que están a punto de entrar. Muchas no nos escuchan, otras nos contestan
mal y nos insultan, pero algunas de ellas se detienen y hablan con nosotros. En
ese momento Dios nos concede las palabras adecuadas para que ellas se atrevan a
desear y continúen con su embarazo. A partir de ese instante, su mirada cambia
y nace una relación preciosa entre nosotros y las chicas. Para mi, esto es lo
mejor de todo!!
No comments:
Post a Comment