A partir del 3er. mes el feto empieza a moverse, aunque la madre no lo perciba todavía. Oye ruidos y los recuerda, como la voz de la madre. Es capaz de fruncir el ceño, bizquear y hacer muecas. Si le pinchan, siente dolor. Ya se reconoce externamente su sexo y ha aprendido a tragar, incluso tiene hipo. Con 4 meses las huellas dactilares que le acompañarán durante toda su vida ya están formadas. A los 5 meses puede despertar a la madre con sus movimientos, da patadas y se mueve coordinada y libremente. A partir de los 6 se chupa el dedo para dormirse y se le ha oído hasta llorar. Con 8 meses sueña. Con 9 meses su corazón bombea 1140 l. de sangre por día, y está listo para nacer.
“Cada uno de nosotros
comienza a existir en un momento preciso en el que toda la información genética
necesaria y suficiente es recogida por una sola célula, el óvulo fecundado, y
este es el momento de la fecundación. No hay la menor duda de ello, y sabemos
que esta información está inscrita en un tipo de registro que llamamos ADN.”
Dr. Jérome Lejeune (Premio Nóbel de
Biología)
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