Atrás queda Cuyahoga Falls (Ohio), lugar donde
realmente me he sentido como en casa gracias a la gran generosidad de Heather,
que en todo momento nos ha ayudado en lo que hemos necesitado.
Gracias a dicha ayuda hemos podido desarrollar
nuestro trabajo en Cleveland donde no todo ha sido color de rosa. La clínica a
la que acudimos es una en las que más bebes son asesinados cada año, donde no
es sencillo hablar con los futuros padres, incluso corriendo ciertos riesgos de
ser atropellados debido a la elevada velocidad a la que entran algunos futuros
padres, que sabiendo que no están haciendo lo correcto, después de acallar su
propia conciencia no quieres escuchar una nueva voz que les muestre la realidad
de la situación, un aborto es matar un bebe.
Pero también hay momentos muy felices, recuerdo el
pasado Jueves una joven vino temprano a la clínica, no nos hizo demasiado caso,
se le notaba nerviosa pero pudimos darle uno de los periódicos informativos de
EMC y se lo guardó. Unos 45 minutos después salió de la clínica con una
sonrisa, pudimos hablar con ella y nos dijo que quería tener su bebe. Nos dio
las gracias por estar ahí, por hacer el esfuerzo de intentar ayudarles. Aunque
en algún momento podamos caer en el desánimo nuestro trabajo sirve para algo.
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