El primer día que trabajé en las oficinas de Queens, estando repartiendo
folletos junto a la estación de metro, se me acercó una mujer a la que le
había repartido uno de nuestros papeles para darme las gracias por nuestra
labor y declararme su apoyo. Me contó que ella hace unos años se consideraba pro-choice, pero todo
cambió cuando su hermana se quedó embarazada. Se tomó la píldora del aborto, y sorprendentemente, a pesar de eso unas semanas después seguía con el bebé. Estaba de 14 semanas cuando decidió
acudir a hacerse un sonograma, fue un momento muy especial porque el bebé que
veían en la pantalla, su bebé, estaba levantando y moviendo un brazo; en palabras de su tía les
estaba diciendo que quería vivir. Fué una niña y se llama Matilde, que significa Que lucha con fuerza.
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