El amor a la vida se expresa, muchas veces, en la valentía, en la fortaleza y en la justicia. Y se
muestra, al mismo tiempo, en la humildad, en la escucha y en la compasión. Siempre defiende
la verdad y, en el mejor de los casos, llega a construir una auténtica amistad.
Queremos dar la vida a todos, tanto a los que están en peligro material de perderla, como a los
que están en peligro espiritual de robarla. Todos necesitan nuestra solicitud, y no debemos
olvidar que aquel que hace el mal se daña aún más que aquel que lo sufre. Por esto, hemos puesto nuestra mirada en las víctimas quizá todavía más destrozadas que los
niños que no nacerán, o los ancianos que mueren antes de tiempo. Queremos dar vida también a
los responsables del aborto y de la eutanasia. Queremos ofrecerles nuestra ayuda para salir de su
error y revisar sus actitudes. Con ello, tenemos muy claro que "la verdad no se impone sino por
la fuerza de la misma verdad".
Si un "defensor" se acostumbra a descubrir el núcleo bueno de todos los hombres, y a realizar
un encuentro con quien ha actuado mal, entonces aumentará incluso su propia vida. En el trato
sincero con los demás crece su vitalidad. Se le ocurren más ideas, relucen más valores. El
"defensor" se hace, sobre todo, cada vez más capaz de amar, más apto para orientar. Adquirirá,
en medio de un mundo caótico, sabiduría para comprender, paciencia para luchar, y una alegría
inexpresable, que es fruto del empeño de conducir a otros desde la oscuridad a la luz. Su estilo
de vida se resume en el famoso lema de Antonio Machado: "Pensar alto, sentir hondo, hablar
claro".
muestra, al mismo tiempo, en la humildad, en la escucha y en la compasión. Siempre defiende
la verdad y, en el mejor de los casos, llega a construir una auténtica amistad.
Queremos dar la vida a todos, tanto a los que están en peligro material de perderla, como a los
que están en peligro espiritual de robarla. Todos necesitan nuestra solicitud, y no debemos
olvidar que aquel que hace el mal se daña aún más que aquel que lo sufre. Por esto, hemos puesto nuestra mirada en las víctimas quizá todavía más destrozadas que los
niños que no nacerán, o los ancianos que mueren antes de tiempo. Queremos dar vida también a
los responsables del aborto y de la eutanasia. Queremos ofrecerles nuestra ayuda para salir de su
error y revisar sus actitudes. Con ello, tenemos muy claro que "la verdad no se impone sino por
la fuerza de la misma verdad".
Si un "defensor" se acostumbra a descubrir el núcleo bueno de todos los hombres, y a realizar
un encuentro con quien ha actuado mal, entonces aumentará incluso su propia vida. En el trato
sincero con los demás crece su vitalidad. Se le ocurren más ideas, relucen más valores. El
"defensor" se hace, sobre todo, cada vez más capaz de amar, más apto para orientar. Adquirirá,
en medio de un mundo caótico, sabiduría para comprender, paciencia para luchar, y una alegría
inexpresable, que es fruto del empeño de conducir a otros desde la oscuridad a la luz. Su estilo
de vida se resume en el famoso lema de Antonio Machado: "Pensar alto, sentir hondo, hablar
claro".
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