No somos los únicos que estamos en contra del aborto.Ayer estuve en Dr. Emily, la clínica abortista del Bronx, y vi a una señora mayor que, al pasar por delante de la clínica, dio bastonazos a la verja de la clínica mientras gritaba algo en inglés pero no se le entendía. Estaba enfadada con la clínica y no eran precisamente palabras bonitas las que decía.
Otros días que he estado en allí, también han pasado varias personas que defendían la vida y que estaban en contra del aborto. Gente con corazón y sentido común, consciente que una vida no es un conjunto de tejidos, gente que sabe que abortar es un hecho que no aporta beneficios. Esta gente se identifican enseguida porque al pasar porque al pasar por tu lado, te sonríen, te saludan y te dicen algo así como: " God bless you" o algo tan simple como: " You're doing a good job".
El silencio es más cómodo que dar la cara y defender lo que uno realmente piensa. Por eso es importante ser coherente. Aunque a veces nos dé la sensación que no hacemos nada, tenemos que seguir insistiendo. Mucha de la gente que viene aquí, quizá no tenga más oportunidad de oír la verdad sobre hechos que pueden dejar huella el resto de su vida.
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