La mayoría de las personas que viajan a la ciudad de los
rascacielos solamente piensan en Manhattan. Una ciudad en la que se puede
observar el poder del $ americano y
el de las grandes firmas internacionales, las famosas pantallas de Times Square
y los jardines verdosos de Central Park y muchas otras cosas que no cito pero
que se pueden observar cada vez que te encuentras en la gran manzana.
Todo te fascina, todo reluce en nuestras pequeñas retinas
que se asombran con las grandes maravillas que podemos observar casi a diario.
Esta mirada también la tenemos la mayoría de nosotros en España, la de un mundo
rodeado por una burbuja, en la que los cuentos siempre acaban bien, principalmente
porque tenemos siempre alguien a nuestro lado que se preocupa por nosotros y
que de verdad nos quiere.
Pero ¿por qué “la burbuja explotó”? Exploto porque toda moneda
tiene su cara opuesta, incluso en un estado como el de Nueva York pasa esta
afirmación. Y nosotros los “interns” provenimos de familias por así decirlo, de
la cara feliz de la moneda.
Cuando nos embarcamos en esta aventura, creíamos que todo
iba a ser un camino fácil y suave en el que con poco que hagamos valía para
aportar nuestro grano de arena al mundo. Pero nuestras ideas iniciales distan
mucho de la realidad en la que ahora nos encontramos. Nos hemos dado cuenta de
que la vida es injusta para mucha gente, de que la gente sufre de manera
desmesurada sin que muchas veces puedan hacer algo para solucionarlo o paliar
el dolor, de que la gente está muchas veces sola sin tener algo firme en lo que
apoyarse (religión, familia…), de que existe una falta de formación humana, de
que la gente no sabe el significado de sus acciones y de las consecuencias a
las que conlleva dichas acciones, como por ejemplo el aborto.
Realmente, ¿somos conscientes de la suerte que tenemos?
Realmente, ¿nos preocupamos de las personas que nos rodean? Realmente, ¿somos
capaces de dar sin querer recibir nada a cambio? Realmente, ¿somos capaces de
dedicar nuestro tiempo en personas que de verdad lo necesitan? Y para terminar,
realmente ¿sabemos trasmitir nuestros conocimientos sobre el aborto a gente que
no los posee en 3 minutos? Esta última pregunta, es la que me gustaría que
todos pensásemos para poder llevar la tarea acabo, porque para eso estamos
aquí, para ayudar a gente necesitada.
Un sí o un no puede cambiar una vida, tu puedes ayudar a
que la respuesta sea un “NO QUIERO ABORTAR”.
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