Esta cita formaba parte
del memorial a Martin Luther King que visitamos en Washington D.C. Hoy, al
repasar las fotos que he ido sacando a lo largo de mi estancia en New York, me
he acordado de ella y me he dado cuenta de la profundidad que realmente
encierran estas pocas palabras, pero con un gran calado.
“Out
of the mountain of despair, a stone of hope”. Martin Luther King sabía bien de
lo que hablaba, porque era consciente de que estaba librando una batalla dura,
cuyo final se encontraba muy difuminado. Lo más fácil para él podría haber sido
desistir, tirar la toalla. Sin embargo, en ese caso, las condiciones para la
población negra se habrían mantenido igual. ¿Por qué? Porque nadie habría tenido
la esperanza como arma indispensable.
Por
ello, cuando pienso en nosotros y en lo que hacemos, me gusta pensar que
también estamos librando una batalla, dura, frustante, pero que poco a poco las
cosas pueden empezar a cambiar como lo hicieron para las personas de color. En un
principio, el cambio se veía como algo impensable, pero los tiempos van
cambiando, y quizá nosotros podemos ser los motores de ese cambio importante.
Eso sí, siempre de la mano de la esperanza.
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