Mi primera experiencia en Jerome fue
muy intensa. A lo largo del día, acudieron cuatro chicas, de las cuales una me
llamó especialmente la atención. Estaba embarazada y llegó pensando en un
aborto, ya que estaba atravesando una difícil situación familiar. Los padres se
habían separado y su relación con ellos no era muy buena. Hablando con ella,
llegué a la conclusión de que la complicada escena familiar era la que le había
llevado en gran parte a decantarse por la pesadilla del aborto.
Tras
pasar con ella un rato y explicarse que las cosas siempre ocurren por una razón
, conseguimos darle una perspectiva sobrenatural a su embarazo. Finalmente, se mostró
dispuesta a ir a una casa de acogida para jóvenes que están esperando un bebé y
tener allí a su hijo. Todo un ejemplo de valentía.
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