Depresión, hostilidad y conducta autodestructiva son algunas de las consecuencias psíquicas que sufren las mujeres que han abortado. Según un estudio que he leído, el 59% de las mujeres que abortan tienen altas probabilidades de sufrir problemas psiquiátricos graves y permanentes.
El síndrome post-aborto puede tardar años en manifestarse debido a la represión a la que recurren muchas mujeres como mecanismo de defensa. Después del trauma que supone un aborto se deteriora la afectividad, la capacidad de querer, la voluntad y todo lo demás viene en cascada, los síntomas más frecuentes son la ansiedad, conducta agresiva, pesadillas, pensamientos o actos suicidas, bulimia, anorexia, abuso de alcohol y drogas y ruptura de relaciones en pareja.
Todos los días vienen mujeres a la oficina sin saber la existencia del síndrome post-aborto o teniendo una mínima idea sobre ello. Muchas parejas de las que vienen con la intención de abortar, piensan que un bebé es un estorbo en su vida, una carga.. y no se dan cuenta que traer vida a este mundo es la cosa más hermosa y que lo único que puede convertirse en una carga será acarrear con cualquiera de estos síntomas.
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