Thursday, July 10, 2014

Llorar por dentro

El verano pasado mi oficina era siempre la de Brooklyn, estaba acostumbrada a esa oficina y por fin esta semana he vuelto, hoy he ido a mi barrio favorito para enfrentarme a un nuevo día intentando salvar vidas  dando esperanza a las mujeres embarazadas que vienen a las oficinas.
Hoy he tenido una experiencia que sigo sin poder entender y me ha hecho sentirme impotente.
Ha venido una chica que llevaba 6 años con el mismo chico y estaban felizmente casados y con un niño de 3 años, ambos trabajaban...aparentemente tenían una vida perfecta. Y digo aparentemente porque ella se acababa de enterar de que estaba embarazada, y quería mantener a su marido apartado de todo, no quería ni tener el niño y ni siquiera hablar del tema con su marido, consideraba que era SU propia decisión y no pensaba sacrificar su vida de nuevo entregándose al cuidado de un bebé las 24h al día. Su principal motivo era porque su graduación de la universidad era en unos meses y no quería ni estaba dispuesta a aplazar ningún  acontecimiento de su vida por algo inesperado como era el nuevo bebé.
He estado hablando con ella casi una hora, ha llorado, he llorado, hemos visto el sonogram y todo lo relativo al bebé y su desarrollo, además de hablar de los distintos procedimientos para el aborto y los riesgos que conlleva...pero no había nada que hacer, estaba muy convencida de lo que quería, y era deshacerse de este embarazo inesperado. Aún así, ha vuelto al rato envuelta en un mar de lágrimas y me ha pedido mi número de teléfono, además de pedirme una foto de su bebé en la ecografía.
Sólo espero que estos días recapacite, sólo nos queda rezar.



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