INSTRUMENTOS II

Amigos, jamás hay que perder la Esperanza. Jamás. 

Solo quedaban dos días para terminar nuestro trabajo en Baltimore. Penúltimo día en la puerta de la cliníca.

No os miento cuando ví acercase a A.V. con su pequeña en el cochecito, y un hombre que no era su marido. Me acerque a ella. 

Me preguntó, ¿Qué haces tu aquí? 
La verdadera pregunta era, ¿Qué haces tu aquí A.? ¿A qué viniste? 

A. te estuve llamando, te estuve escribiendo quería saber de tí, necesitaba volver a verte. 

Me contó a la puerta de la clínica, que ya era su segunda cita, habia estado la semana pasada ya en la clínica y había tenido el sonograma dónde la dijerón de cuantas semanas estaba. No me las llegó a decir. La acompañaba otro hombre, el cuál era amigo del novio. Un amigo del novio la acompañaba abortar. Ella estaba muy sola, incluído en ese duro momento por el que iba a pasar.

No pude hacer más. Entraron a la clínica. Qué impotencia. Había tenido mi segundo momento, de hablar con ella. Y había entrado a la clínica.

 Rece, Rece, Rece, sin ningún orden, empezaba una oración, y no la terminaba y ya estaba empezando otra. Encomende el bebé a la Virgen. Ella sabe más que todos nosotros.

5 minutos, no más tiempo. A.V estaba saliendo por la puerta. Me acerque a ella corriendo. No sabía ni qué decirla 

¿Qué había pasado dentro? ¿Has salido? 

Había llegado tarde a su cita,.. No la hicieron el aborto porqué llegó tarde. Se fue. No habló mucho más conmigo. Hubo un MILAGRO dentro de la clínica abotista. La Virgen salvo ese Bebé.

Por la tarde recibí una llamada de ella. Habló con su marido y finalmente iban a tener el Bebé. La puse en contacto con personas de Baltimore que la ayudarían con los cuidados.
Jamás olvidaré esta historia.

Somos solo instrumentos en los planes de Dios. Jamás debemos de subestirmale.