Muchas de las historias de mujeres que se han sometido alguna vez en su vida a un aborto, revelan la desesperación que experimentan cuando se dan cuenta que nadie las apoyará durante su embarazo – una desesperación que ha sido comparada a la de una persona que piensa en el suicidio, cuando toda esperanza parece desvanecerse.
Todas estas mujeres describen en detalle el dolor “horrendo” del procedimiento mismo del aborto, lo que causó que muchas sufrieran luego de problemas de salud y de la pérdida permanente de su fertilidad. Pero, fue la devastación emocional que le siguió: sentimientos de desolación, soledad, y desesperación, que sobrecogió algunas madres apenas momentos luego de perder a su hijo por medio del aborto.
Una característica asombrosa que comparten las mujeres que se sometieron a un aborto, es un apego afectuoso y hasta una relación con el pequeño que fue condenado a muerte – algo que algunos describen como el único camino hacia la sanación. Para algunas, “la libertad para escoger”, que provee el aborto legalizado no se trata de libertad alguna. En su lugar, constituyó un arma que se usó en contra de ellas.
Todas estas mujeres describen en detalle el dolor “horrendo” del procedimiento mismo del aborto, lo que causó que muchas sufrieran luego de problemas de salud y de la pérdida permanente de su fertilidad. Pero, fue la devastación emocional que le siguió: sentimientos de desolación, soledad, y desesperación, que sobrecogió algunas madres apenas momentos luego de perder a su hijo por medio del aborto.
Una característica asombrosa que comparten las mujeres que se sometieron a un aborto, es un apego afectuoso y hasta una relación con el pequeño que fue condenado a muerte – algo que algunos describen como el único camino hacia la sanación. Para algunas, “la libertad para escoger”, que provee el aborto legalizado no se trata de libertad alguna. En su lugar, constituyó un arma que se usó en contra de ellas.
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