Ayer llegó una clienta a la oficina. Ella tenía depresión y quería abortar. Yo desde el primer momento supe que iba a ser un caso difícil. Así que me encomendé a la Virgen y le dije: "Por favor salva la vida de esta mamá y de su hijo y necesito que me hagas caso porque esto no es un capricho, es una vida"
Empecé a hablar con ella y me contó que estaba sumida en su depresión. Me contó que llevaba mucho tiempo sin comer y sin asearse. Y yo, sin perder la confianza en que la Virgen me ayudaría, seguí hablando con la clienta. Después de tres horas me dijo las palabras que le hicieron liberarse del enorme peso que tenía "voy a tener a mi hijo". Acto seguido le ofrecí comida y me la aceptó y me prometió que iba a empezar a comer y a cuidarse.
Este post es para agradecer a la mejor madre. A la Madre de todos. Y para pedirle que nos siga ayudando en nuestra labor.
¡Gracias Mamá!
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